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Foto: Carolina Ritter Ribeiro |
El día 3, en el periódico La Razón.es aparece un titular diciendo: "El 68% de los españoles hará dieta para compensar los exceso navideños.
Cerca del 68 por ciento de los españoles que se marca el perder peso como objetivo del nuevo año lo hace por su cuenta, sin seguir una dieta diseñada por expertos. Así lo destacan los expertos de Nutrición Center (NC), laboratorio farmacéutico del sector de la nutrición, quienes advierten de que, con esta decisión, se pone en riesgo la salud y aumenta el riesgo del temido efecto 'yo-yo'."
Bueno, después de estas fiestas, con sus múltiples comidas y cenas, muchos han cogido unos kilitos. A unos no les importará, pero a otros por desgracia les ocasionará unos cuantos problemas, tanto físicos como sicológicos. No es lo mismo una persona que quiere quitarse 5 kilitos para seguir como estaba antes, que la que ya tiene sobrepeso y además ha cogido esos 5 kilitos.
Estos últimos empezarán a pensar que hacer para bajar esos kilitos. Que si voy a empezar a realizar alguna actividad para "quemar" (que cumplirán los menos), que si voy a cuidar lo que meto entre pecho y espalda, que si voy a hacer la
dieta de turno (la que esté de moda), y otros irán a consulta de un profesional (médico o no) que quizas le proponga una
dieta hipocalórica, más adelante se explica lo que es una
dieta hipocalórica, y porque no suele funcionar.
Porque expertos, como se cita en el articulo del periodico, hay muchos, ¿pero que obtengan resultados saludables?, ese ya es otro cantar, y hay muchos "expertos" que siguen recomendando una dieta hipocalórica.
Siempre me ha llamado la atención, quizás porque lo he visto en numerosas ocasiones, que alguien siga al pie de la letra las indicaciones de una
dieta, sin pensar en lo que le están haciendo al cuerpo, como le está afectando dicha
dieta, físicamente y psicológicamente (pufff, que mala leche se les pone a veces, normal por otra parte, pues si en cada revisión, como no has bajado peso te quitan otras 200 calorías, ya me dirás ), que la realicen un tiempo razonable, y cuando ven que no ha servido para nada bueno, que cambien a otra, y no me refiero a
dietas monotipo (alcachofa, uva, ...), por llamarla de alguna manera, sino a
dietas del endocrino de Osakidetza, de médicos particulares, dietistas, naturópatas,..., en las que no han tenido en cuenta su persona, su constitución, su personalidad, sus problemas emocionales, que están o ya han provocado en esta persona sus cambios hormonales (problemas de cantidad o regularidad de la "regla", disfuncionamiento hipófiso pancreático con sus periodos repentinos de "hambre canina", episodios de hipoglucemia, tendencia hacia un hipotiroidismo,...).
Bueno os expongo un razonamiento de un médico y doctor en ciencias biológicas, Jose Luis Cidón Madrigal, no se como me llegó, hace mucho que lo tengo entre distintas fichas y documentos, creo que viene "al pelo" en estas fechas, cuidado con lo que hacéis, un poquito del menos común de los sentidos.
"En el problema de la obesidad ha habido y sigue habiendo cientos de teorías diferentes, así como miles de tratamientos distintos.
La obesidad, se decía siempre que se producía por un balance energético positivo. Dicho en otras palabras, cuando la ingesta energética es mayor que el gasto, esa diferencia de energía se transforma en tejido adiposo y la persona aumenta de peso.
Dentro de la comunidad médica sabíamos que esa teoría no podía ser cierta. ¿Por qué? Sencillamente porque habíamos observado que algunas personas en un día podían perder 2 Kg. de tejido adiposo. Hay que recordar que 1 gramo de grasa equivale a 9 calorías, por lo que 2 Kg. hubieran significado 18.000 calorías. Era lógico pensar que esa persona que había perdido 2 Kg. en un día no había efectuado ninguna actividad física por encima de su metabolismo basal para que pudiera metabolizar esas 18.000 calorías.
Por otro lado, teníamos pacientes que en un día aumentaban 2 Kg. Entonces, tanto el aumentar 2 Kg. como el disminuirlos, implican 18.000 calorías por encima del metabolismo basal. No puede existir actividad física que en un día pueda gastar 18.000 calorías, ni tampoco persona que en un día ingiera 18.000 calorías.
Se hicieron estudios en los Estados Unidos que demostraron que había obesos de 160 Kg. que tenían una masa de tejido adiposo de 46 Kg., obesos de 120 Kg. que tenían los mismos 40 o 45 Kg. y otros obesos mórbidos de 230 Kg. que de tejido adiposo únicamente tenían 36 Kg.
La comunidad científica se preguntó: ¿cómo puede una persona de 230 Kg. tener solamente una masa de tejido adiposo de 36 Kg.? Descubriéndose que la diferencia reside en el agua del cuerpo del compartimiento extracelular, no intracelular.
En presencia de un balance energético negativo, además de una disminución del metabolismo basal existían también dos respuestas hormonales: un aumento en la secreción de la hormona antidiurética y de la aldosterona. ¿Por qué?
Se descubrió que en presencia de un balance energético negativo, se producía una respuesta homeostática con el consiguiente aumento de la hormona aldosterona y posterior retención de sodio, y el incremento de la hormona antidiurética con el resultado de retención de agua.
Para proteger nuestra salud poseemos un instrumento de ahorro energético, denominado metabolismo basal, que se define como la mínima cantidad de energía necesaria para mantener nuestras actividades corporales. También se puso de manifiesto que la disminución del metabolismo se condicionaba con el aporte energético. Por ejemplo: si un paciente con un aporte de 1600 calorías diarias disminuye el ingreso a 1400 calorías, el metabolismo se coloca en equilibrio con las 1400 calorías. Si disminuye a 1200, el metabolismo se equilibra a las 1200 calorías. Se siguió investigando científicamente hasta qué punto disminuía y se alcanzó a dar 380 calorías diarias en un hombre de 70 Kg. ingresado en un hospital. Se puede considerar que un metabolismo mínimo se encuentra entre 380 y 420 calorías diarias.
¿Por qué existe esta respuesta homeostática frente a un balance energético negativo? La regulación de nuestro sistema nervioso viene programada desde el hombre primitivo y no para el hombre de hoy en día.
Nuestro Sistema Nervioso Central interpreta el balance energético negativo como falta de alimento y activa esta respuesta homeostáticacarbohidratos, grasas, y puede sobrevivir semanas o meses, sin embargo no podría sobrevivir muchos días sin agua.
Nuestro Sistema Nervioso Central transmite al organismo que lo imprescindible es el agua, porque para el hombre primitivo era el más esencial de los elementos ya que al tener que buscar alimentos probablemente tendría que caminar y trabajar muchos días pudiendo morir deshidratado. Para que no muera y pueda sobrevivir más tiempo, nuestro Sistema Nervioso Central activa esta respuesta homeostática aumentando la secreción de hormonas antidiuréticas. El organismo sabe perfectamente que no puede retener el agua si no se retiene también el sodio, por lo que aumenta también la secreción de la aldosterona, y retiene sodio y agua.
Decíamos que el metabolismo en un período de 24 horas se equilibra con el aporte energético. Si este organismo primitivo se queda sin alimento ingiriendo únicamente 600 calorías diarias, el metabolismo basal se equilibrará a esas 600 calorías diarias, se sentirá débil y no tendrá la fuerza suficiente para ir a buscar alimentos.
Si ese hombre primitivo se queda sentado esperando que otros compañeros vayan a buscar alimento, su metabolismo basal no aumentará, aportará solamente lo que necesite para preservar su tejido adiposo. Si se comienza a mover porque tiene que buscar alimento, se igualará el metabolismo basal a su gasto energético y si ese hombre se pone a escalar una montaña y aumenta el gasto energético a 2400 o a 3000 calorías, el metabolismo basal aumentará progresivamente para ponerse en equilibrio con esas 2400 o 2800 o 3000 calorías. ¡Qué bien estamos diseñados! Si lo necesitas te lo doy, si no lo necesitas te lo quito.
El efecto yo-yo se produce cuando una vez terminada una
dieta hipocalórica se recupera el peso perdido en las primeras 4-6 semanas después de haber terminado el tratamiento.
Fíjense lo que sucede con el efecto yo-yo. Si a un paciente que acude al médico se le aconseja una
dieta de 1200 calorías es extremadamente difícil o imposible que se pueda proporcionar el aporte proteico aconsejado por la Organización Mundial de la Salud ya que con un gramo por kilo de peso ideal de proteína al día ya se superan las 1200 calorías. Hace años se aconsejó en los Estados Unidos la disminución del aporte de proteínas. La comunidad científica alcanzó la conclusión de que al reducir mucho las proteínas, al paciente se le provocaba un balance nitrogenado muy negativo, se disminuían las cifras del perfil inmunitario, se ocasionaba anemia y perdía masa muscular.
Con 1200 calorías existe una disminución del aporte proteico que conlleva un balance nitrogenado negativo con la consiguiente disminución del tejido magro. No es únicamente merma de masa muscular, es también pérdida de células vivientes. La disminución del tejido magro conlleva una disminución del peso corporal.
La pérdida de peso aconsejada en los Estados Unidos es, como máximo, de 1 Kg. a la semana, al estar científicamente demostrado que una pérdida más rápida, ocasionaría un balance nitrogenado fuertemente negativo, peligroso para la salud del paciente.
Si un paciente rebaja 12 Kg., posiblemente 9 de ellos sean de tejido magro. Tendremos que utilizar una
dieta puente proporcionándole más cantidad de proteínas ya que realmente las necesita. Este aumento del aporte proteico conllevará un balance nitrogenado positivo, independientemente del aporte energético. Automáticamente aumentará el tejido magro con el consiguiente incremento del peso corporal hasta medio kilo al día.
En 4 semanas se puede aumentar medio kilo diario solamente de tejido magro. Cuando regrese a la consulta del médico un mes después habrá incrementado su peso en 8 Kg. El médico pensará que el paciente es un irresponsable que comió de todo.
Podríamos suponer el siguiente diálogo:
Señor ¿qué ha pasado? Usted aumentó 8 Kg. ¿Cómo es posible que haya aumentado 8 Kg. con la
dieta puente que yo le he dado?
Doctor, si yo seguí su
dieta puente al pie de la letra.
Por favor, señor, no insulte mi inteligencia, ¿cómo es posible que con 1400 calorías diarias usted aumente 8 Kg? Y es que 8 Kg. son 72.000 calorías en exceso de su metabolismo basal. ¿Usted sabe lo que se ha tenido que comer para ingerir 72.000 calorías?
Y el paciente piensa: este hombre tiene que ser un ignorante porque le estoy diciendo la verdad y no me cree. Además, lo peligroso es que él no me da ninguna solución. Entonces, lo mejor que puedo hacer es cambiar de médico.
¿Qué sucede? Sencillamente que hay una falta de credibilidad mutua, recíproca. El paciente no cree en el médico y el médico no cree en el paciente.
Aparte del efecto yo-yo hay otro ciclo que también permite recuperar peso después de una
dieta. Hemos hablado del primero que es la respuesta homeostática, el segundo, el efecto yo-yo. El tercero es lo que se denomina «líquido metabólico» que necesitamos para digerir y metabolizar los alimentos. Entre estos merecen especial atención los carbohidratos. Para digerir un gramo de carbohidrato, el organismo humano necesita seis gramos de agua. Si ingerimos pasta y pan del orden de medio kilo diario, necesitaremos seis veces el peso en agua para digerirlo, eso quiere decir que precisaremos 3 kilos. Cuando comenzamos cualquier tipo de
dieta, lo primero que se suelen restringir son los carbohidratos. Cuando estos se suprimen, en un período máximo de 48 horas se elimina el líquido metabólico que no se necesita, porque sencillamente así es como funciona nuestro organismo. Eso conlleva el rebajar esos 3 kilos en los primeros dos días.
Además, existen personas que especialmente cuando lo hacen por ellos mismos, sin la supervisión de un médico, exageran. Muchísimas veces habrán oído a pacientes que dicen: yo no necesito ninguna
dieta -especialmente entre los hombres- yo me pongo tres días en ayunas y me quito 5 Kg. ¿Qué sucede? Que se ponen en balance nitrogenado negativo y pueden perder tranquilamente medio kilo diario de tejido magro. Pero también, pierden el líquido metabólico y en cuanto comienzan a comer, porque evidentemente tendrán que volver a comer ya que no van a estar en ayunas toda su vida, y consumen carbohidratos, viene el agua que necesito para digerir de nuevo esos carbohidratos, y cuando comienzan a consumir proteínas, empiezan a sintetizar el tejido magro que perdieron y lo peor de todo es que, después de una semana, recuperan los 5 Kg. El paciente no sabe lo que pasó, perdió peso con facilidad, pero lo recuperó seguidamente.
Debemos ser conscientes de que la obesidad no es un problema de más o menos calorías, sino de metabolismo y las
dietas hipocalóricas, que desgraciadamente se siguen utilizando por una gran mayoría de médicos y de instituciones sanitarias. No solamente no resultan efectivas sino que, a veces, pueden ocasionar daños en la salud.