Innegable es que la vida es cambio.
Se aconseja en numerosas tradiciones "Fluir con la vida", es decir, adaptarse al cambio.
Y en ello no es más importante nuestra capacidad a la hora de usar los recursos mentales, como nuestra capacidad de reconocer los propios sentimientos y los de los demás, de motivarnos, de manejar adecuadamente las relaciones, y vivir una vida plena de sentido.
La adaptación al cambio es un proceso, Debemos aceptar la realidad. Conociendo esta, ¿que vamos a hacer con las emociones que nos produce?
Como ha habido un cambio, ahora debemos adaptarnos a ese medio nuevo, aprender nuevas destrezas y entender quien soy y como soy yo ahora .
Y por último, trasladar al presente, a esta nueva situación, esa energía que arrastramos de la situación pasada. Aplicar esa energía a la situación actual, al aquí y el ahora.
Buén cambio para todos, de regalito de reyes, una historía:
Había una vez un sabio que cuando volvió de meditar en el bosque vio que su cabaña ardía en fuego. Los campesinos del lugar habían salvado algunas de sus pertenencias y las habían puesto a un lado.
El sabio tomó lo salvado y lo arrojó al fuego.
Los campesinos se sorprendieron más aún cuando comenzó a llover y el sabio fue a buscar agua del pozo y comenzó a arrojarla para apagar el fuego.
Dijeron: "Sabio, primero tiras todo al fuego, luego lo apagas con el agua, ¡no te comprendemos!".
Y el sabio dijo: "Cuando llega el fuego lo honro y colaboro con él; cuando llega el agua la honro y colaboro con ella".
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